lunes, 26 de enero de 2009

Geraldine G. Penningstone


"¿Y por qué no? Al fin y al cabo no llueve tanto. No entiendo el porqué pagarle unas vacaciones a alguien para que valore algo tan etéreo."

Geraldine G. Penningstone lleva trabajando 4 años en un despacho dedicado a las fusiones y adquisiciones y su trabajo es como el del que agasaja a las ricachonas mientras se deslizan por las tiendas de ropa cara. Busca y estudia negocios emergentes para servirlos en bandeja a inversores hambrientos de rentabilidad, beneficios y gráficas tan empinadas como se ponen sus pollas al pensar en ellas.

G.G. ha sido destinada a Escocia para estudiar un geriátrico a petición de Leo Pitrone, su propietario, que está interesado en la venta del mismo y su valoración inmediata, a golpe de talonario, por quien prometa el proceso más rápido.

Licenciada en Derecho, se cree un talento desaprovechado aunque realmente no sea así y hace un mes que estaba en otra de esas fases de cambiar de curro que normalmente se resolvían con excusas autocomplacientes. Esta vez, el viaje a Escocia ha resultado ser mejor que las 3 anteriores.

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